Por Doug Stringer

Publicado en Consecration Teachings, Agosto 5, 2009

http://www.dougstringer.com/2009/08/05praying-effectively-through-times-of-challenge/

La oración eficaz del justo puede mucho. (Santiago 5:16b NVRV).

“La oración es mucho más que entregarle una lista de peticiones a Dios.  Si usted quiere resultados que hagan temblar la tierra, se le pedirá que pase por dolores de parto hasta que el plan del cielo se convierta en una realidad en la tierra.

Si somos honestos con nosotros mismos, debemos de admitir que nuestras oraciones frecuentemente degeneran en poco más que conjuros religiosos y lugares comunes de poca profundidad que solo hablan por un sentido del deber religioso.  Sin embargo, la Biblia compara la oración con el dolor de parto.  En esencia, es una actividad apasionada.” (Extracto del artículo Pray Until Something Happens (Ore Hasta Que Algo Suceda) por Doug Stringer, publicado en Charisma Magazine, marzo de 1999).

Hoy, más que nunca, necesitamos un pueblo que ore efectivamente.  Mientras nuestras ciudades, nuestra nación y nuestro mundo enfrentan crisis y desastre, debemos ser una Iglesia que ore para poder avanzar.  Necesitamos avanzar por nuestra propia vida, la vida de aquellos a nuestro alrededor, y por los perdidos en nuestras ciudades.

 

DANDO EN EL BLANCO

La oración efectiva es la que da en el blanco.  Como gente que ora, deseamos ser como arqueros que disparan sus flechas y dan en el blanco.  Pero, ¿cómo llegamos a ser efectivos en la oración?  Mucha gente ora, ¿pero es toda la oración efectiva?  ¿Será que nuestras oraciones pueden mucho, como dice la Escritura?  Seamos sinceros, algunas veces cuando oramos, pareciera que nuestras oraciones chocan con un muro de ladrillo.  Santiago 5:17-18 dice, “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.  Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.”  ¡Suena como una oración muy eficaz!   ¿Qué es lo que el Señor está intentando decirnos en estos pasajes?

El mensaje para nosotros aquí es que no somos diferentes a Elías.  Elías fue un hombre con una naturaleza como la nuestra, y nosotros tenemos una naturaleza como la de él.  Elías fue ungido y nombrado por Dios.  Nosotros también, tenemos una unción y un llamado de parte de Dios.  Pero, ¿Cuántos de nosotros creemos esto?  ¿Cuántos de nosotros reconocemos este hecho y lo vivimos, orando la oración de fe por consiguiente?  Cuando reconozcamos quiénes somos y cuál es nuestro lugar dentro del Cuerpo de Cristo, empezaremos a funcionar en el ámbito de la oración efectiva.

 

LA ALINEACIÓN CORRECTA

Hace unos cuantos años, escribí un comentario llamado “Alineación del Cuerpo” para una nueva Biblia publicada por Thomas Nelson Publishers llamada The Maximized Living Bible (La Biblia Viviente Maximizada), la cual incluye comentarios del Dr. Ben Lerner y otros líderes cristianos sobre temas tales como salud espiritual, condición física, salud, nutrición, capacidad financiera y el manejo del estrés.

Después, al estar buscando al Señor a finales de 2006 e intentando recibir un sentir para el próximo año, seguía escuchando la misma palabra una y otra vez: Alineación, alineación, alineación.  Creo que las tres áreas de alineación son de la máxima importancia en nuestra vida: Alineación del Reino, Alineación Personal y Alineación del Cuerpo.

  1. La primera, Alineación del Reino, se trata de una alineación adecuada del Reino de Dios y sus principios.  El reino de Dios debe ser nuestra primera prioridad.  Mateo 6:33 dice, “Buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (NVRV)  Lo más importante no es construir sus propios reinos, sino establecer el Reino de Dios, en la tierra así como en el cielo.  Como siempre digo, “Mientras que los hombres buscaron tronos para construir sus propios reinos, Jesús buscó una toalla para lavar los pies de los hombres.”  No se trata de nuestras propias agendas, sino de la alineación apropiada para el reino de Dios.  Cuando Jesús les enseñó a Sus discípulos a orar, Él les enseñó que se enfocaran en el Reino.  “Venga Tu reino.  Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10 NVRV).  Una alineación del reino adecuada  es esencial para una oración efectiva.
  1. Una Alineación Personal es estar en el orden correcto con el Padre, conectando  espíritu con espíritu con nuestro Creador.  Nuestro corazón debe estar bien delante de Él.  David oró, “¡Crea en mí, Dios un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!”  (Salmo 51:10, NVRV).  Cuando nuestro corazón está alineado correctamente con Dios, comenzamos a tener autoridad espiritual en nuestras oraciones.  Podremos orar efectivamente y veremos el mover de Dios a nuestro favor.  El pecado en nuestra vida estorbará para que nuestras oraciones sean efectivas.  Isaías 59:2 dice, “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios y vuestros pecados han hecho que oculte de vosotros su rostro para no oíros.” (NVRV)  Esa sensación  de chocar contra un muro de ladrillo con nuestras oraciones, a menudo ocurre porque necesitamos ponernos bien con Dios y colocar nuestro corazón en la posición correcta delante de Él, confesando nuestros pecados y experimentando Su perdón.
  1. Finalmente, una Alineación del Cuerpo es esencial.  Efesios 4:16 nos dice que cuando cada parte del cuerpo encaja bien entre sí, todo el cuerpo funciona mejor.  La Versión de Reina Valera lo llama “todo el cuerpo bien concertado entre sí”. Cada uno de nosotros tiene una función y un don dentro del Cuerpo de Cristo.  Cuando estamos en una alineación correcta con el Cuerpo, todo funciona como debería.  He visto esta lección en acción cuando visito al quiropráctico.  Algunas veces tengo problemas con mi rodilla.  Los problemas en mi rodilla hacen que mi cadera se salga de su lugar, y luego siento un dolor crónico en mi espalda.  En ese momento, ¡necesito ir por una alineación!  Cuando me alinean mi espina dorsal nuevamente, eso hace que todo lo demás se sienta liberado.  Lo mismo es cierto en el Cuerpo de Cristo.  Cuando una parte está fuera de alineación, el Cuerpo entero es afectado.  Se necesita que todo el Cuerpo esté bien concertado entre sí para que todo funcione efectivamente.  Cuando estamos funcionando en unidad, ¡vemos un gran avance para el Reino de Dios!

 

PROFUNDIZANDO JUNTOS

Al reunirme con diferentes grupos de personas para orar, he notado los diferentes niveles de efectividad que parecen existir con ciertas personas.  Hay algo diferente cuando usted ora con la gente con quien ha establecido una relación.  Pueden bajar la guardia y orar más íntimamente unos con otros.  Existe una confianza e intimidad ya construida entre ustedes, y puede ir a lo que yo llamo la oración de “nivel profundo”.  Ya han pasado por cosas juntos, y usted sabe cómo puede ir mano a mano en la intercesión.

En la universidad aprendí acerca de diferentes niveles de comunicación que existen entre las personas.  Cuando usted ve a alguien en la calle que conoce, normalmente le dice algo como, “¿Cómo estás hoy? ¿Verdad que tenemos buen tiempo?”  A esto le llamamos comunicación de Nivel 5.  Esta no es la clase de comunicación que deseamos tener entre nosotros cuando nos reunimos para orar.  Deseamos tener un nivel de comunicación más profundo, uno con el otro y con el Señor.

Podemos tener grandes relaciones cordiales con las personas en el Nivel 5, pero para experimentar una oración más efectiva, necesitamos ir más profundo juntos a un lugar de confianza y de unidad en el Espíritu.  He notado que en eventos grandes, corporativos de oración, algunas veces no tienen la misma efectividad que cuando oramos con personas que conocemos, gente que ha pasado por cosas con uno, y gente que conocemos y en quien podemos confiar con las cosas del corazón.  De ninguna manera quiero dar a entender que las reuniones grandes corporativas de oración son algo malo.  ¡Es grandioso cuando las personas se reúnen para orar todo el tiempo!   Dios ve la unidad y el corazón en estas reuniones, y Él se siente complacido.  Pero existe otro nivel de sustancia y una profundidad de poder que es liberado cuando se reúne con gente que tiene un mismo corazón y una misma mente, yendo delante del trono juntos, en una voz y un sonido para clamar por avance.

 

LOGRO  DE  NUESTRA TIERRA

Cuando Elías oró por lluvia, él estaba orando por un logro de la tierra.  Vivimos en un momento en que debemos dar un paso hasta el reto de ser un pueblo como Elías.  Debemos orar que nuestras flechas den en el blanco.  Nuestra tierra necesita avanzar.

En todo nuestro alrededor vemos crisis y retos: tormentas, sacudimientos, guerras y rumores de guerras.  Desastres naturales, desastres humanos, y desastres espirituales amenazan nuestras ciudades y nuestro mundo.  Y al escuchar muchas voces en el Cuerpo de Cristo, existe un consenso que estos retos seguirán llegando.  Lo sabemos por la Escritura también.  Nosotros, como Iglesia, debemos estar preparados y saber cómo orar efectivamente.

 

UNA ACTITUD DE GRATITUD

“La debilidad de actitud se vuelve debilidad de carácter.”  Albert Einstein

Con todos estos retos enfrentando nuestro mundo, muchos están viviendo en temor y ansiedad acerca de lo que está por venir.  ¿Cómo es que nosotros, como pueblo de Dios, nos posicionamos para que no seamos vencidos por la ansiedad?

Filipenses 4:6 dice, “Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (NVRV)

Tantas veces, nuestra postura en la oración es una de súplica y petición delante del Señor.  Estamos en lugares de desesperación, con necesidad de avanzar, y corremos al Señor para suplicarle por lo que necesitamos.  Dios ciertamente desea que vengamos a Él con nuestras necesidades, y hasta nos lo ordena.  Pero yo creo que veríamos más logros si recordáramos venir con una actitud de gratitud.  Como dijo Pablo a los Filipenses, “En todo dad gracias.”

Puedo recordar tiempos de gran desesperación cuando necesité un logro personal y espiritual.  Llegué tarde a casa una noche después de testificar en las calles y ver poco fruto.  Estaba frustrado en el ministerio.  Me sentía cansado y desanimado.  No deseaba orar.  No deseaba adorar.  Podía sentir que mi corazón se endurecía.

Recuerdo haber caído sobre el colchón en ese cuarto obscuro y clamarle al Señor.  Sentí que el Señor me decía que leyera acerca de la mujer cerca  del pozo, así es que levanté mi Biblia y comencé a leer la historia en Juan 4.  Al hacerlo, escuché al Señor hablar a mi espíritu las mismas palabras que Jesús le dijo a esa mujer: DAME DE BEBER.

Le respondí al Señor pensando, “Señor, Yo soy el que necesita de beber.”  Pero Dios habló a mi corazón una vez mas: “Doug, existen muchas veces para venir con súplica.  Muchas veces me hablas de tus necesidades.  Yo quiero escuchar esas cosas.  Pero algunas veces sólo necesitas venir a mi y agradecerme por lo que ya he hecho.”

Me puse de pie en la obscuridad, y sólo por obediencia, comencé a agradecerle a Dios por lo que Él había hecho en mi vida.  Aun no sentía ganas de orar, pero la Biblia dice que debemos dar sacrificio de alabanza.  Comencé a cantar, “Alabad el Nombre de Jesús”.  Después comencé a agradecerle por todo lo que había hecho en mi vida.

Entonces, pude entender.  El Señor me recordó de dónde me había sacado.  De repente, no sólo le estaba agradeciendo con mi mente.  Mi espíritu había cobrado vida, y yo estaba orando en el Espíritu y adorando a Dios.  Dios me había traído la liberación y el avance que necesitaba, no porque había venido con peticiones y necesidades, sino porque había venido con gratitud.  Existen veces cuando necesitamos entender que un poco de gratitud puede ir muy lejos hacia una oración efectiva.  Cuando le agradecemos a Dios por quién Él es, ganamos acceso a Su presencia de una nueva manera.  Entramos a las puertas de Su presencia cuando entramos con gratitud.  Y en Su presencia, gran bendición y poder son liberados.

 

UNA NUEVA TEMPORADA DE ORACIÓN

Mi oración para cada uno de ustedes es que tengan una nueva temporada de oración en su vida, una temporada de oración efectiva.  Al alinearse usted mismo con el reino de Dios y Su justicia, y al alinearse con otros que él ha puesto en su vida, yo sé que  encontrará nuevos niveles de libertad.

Haga un compromiso para venir delante del Señor con gratitud.  Sea diligente en su tiempo de oración individualmente, y al unirse con personas que están en el mismo espíritu.  Armados con la oración de fe, veremos a Dios obrando en nosotros y a través de nosotros como vasos de progreso para nuestra tierra.

  • (La mayor parte de este artículo fue  tomado de la enseñanza original por Doug Stringer liberado en marzo de 2007).